Basurero tóxico en Santiago del Estero: La movilización ciudadana dió sus frutos.
Greenpeace dio testimonio este miércoles de la carga de la basura tóxica que había sido enterrada en Santiago del Estero al buque que la llevará a ser tratada en el exterior. Los residuos habían permanecido enterrados de manera clandestina en una localidad de Santiago del Estero desde 1990 y gracias al incansable reclamo de la comunidad y de las organizaciones no gubernamentales los tóxicos fueron retirados del lugar y están prestos a ser tratados. Greenpeace exigió, además, la ratificación del Convenio de Estocolmo que obligará al país a identificar y eliminar otros basureros como éste.
“Gracias a la denuncia de la organización Tierralerta en 1994 y el persistente reclamo de Greenpeace y otras organizaciones sociales, la industria química ha tomado cartas en el asunto para solucionar la contaminación de la localidad santiagueña de Estación Argentina, afectada desde 1990 por un basurero tóxico dispuesto en forma ilegal”, dijo Verónica Odriozola, coordinadora de la campaña contra las sustancias tóxicas de Greenpeace.
La remoción de estos residuos fue acordada a través de un convenio entre la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación y la Cámara de la Industria Química y Petroquímica, firmado el año pasado.
Luego de cargarse el miércoles en la noche, los residuos serán transportados desde el puerto de Buenos Aires hacia Alemania.
Esta operación no demandó dinero del Estado Nacional ni del Provincial, excepto en el control de las operaciones de remoción de los residuos y seguimiento del caso. “Con este acuerdo se sienta un importante precedente en el cual el colectivo de industrias químicas toma cartas en la resolución de un problema causado por la disposición final de productos fabricados por empresas químicas en el pasado”, señaló la dirigente ambientalista.
Es por ello que hoy Greenpeace celebra que a pesar de que las múltiples promesas de los gobiernos sobre la remoción de esta bomba de tiempo ambiental y sanitaria no se concretaron, la sociedad civil no bajó los brazos y continuó exigiendo que se tomaran medidas. En respuesta a esos reclamos, la Cámara de la Industria Química y Petroquímica y el gobierno nacional acordaron el año pasado el modo en que ese colectivo industrial gestionaría las operaciones de remoción y limpieza del sitio contaminado.
Greenpeace espera que éste sea el punto de partida de una nueva actitud de la Cámara de industrias químicas en relación con los productos tóxicos que produjeron en el pasado y que hoy están afectando el ambiente y la salud en distintos lugares del planeta.
“Más allá de quiénes hayan sido responsables física o intelectualmente por el enterramiento, la industria química en su conjunto debe tomar la responsabilidad de aportar la solución necesaria para evitar que las sustancias que ella fabricó sigan afectando el ambiente y la salud; y esta actitud debería ser a partir de ahora la regla, y no la excepción”, agregó. “Además, exigimos al gobierno la ratificación del Convenio de Estocolmo, a través del cual, el país deberá identificar y eliminar otros basureros tóxicos como el de Santiago del Estero ”.
Ya en 1999, Greenpeace había reclamado a la Cámara de la Industria Química y Petroquímica que más allá de la causa penal que se estaba llevando contra la empresa inglesa ICI (ex Duperial) por la posible responsabilidad en el enterramiento de los residuos en el Juzgado Federal de Santiago del Estero, y que ya lleva 9 años, era imprescindible que fuera ese colectivo empresario el que debía aportar las soluciones económicas y físicas para evitar el daño que se estaba produciendo en aquella aislada localidad santiagueña.
A pesar de la buena noticia, Greenpece entiende que lo ideal hubiera sido que este basurero no hubiera existido. “Es importante tener en cuenta que la solución real para estos problemas es la eliminación de la fabricación de las sustancias tóxicas y persistentes como las que se encontraban en este basurero. La tecnología que se empleará para destruirlas y el transporte de ellas a través del planeta para ser destruidas no es aceptable como una solución de largo plazo”, concluyó Odriozola.
TRECE AÑOS CON RESIDUOS QUIMICOS
Durante más de trece años, unos doscientos vecinos de Estación Argentina (una pequeña localidad del sudeste de Santiago del Estero) convivieron con el depósito ilegal de residuos de tóxicos más grande que se haya detectado en el país.
La contaminación generada por este enterramiento, que contiene una carga de 30 toneladas de compuestos orgánicos persistentes, amenazó la salud de la población de esta lejana localidad santiagueña y ha sido el más claro reflejo de la irresponsabilidad de la industria química que, hasta hace pocos meses, no se hacía cargo de los peligrosos tóxicos que había producido y el daño derivado de ellos.
Dado que el compuesto predominante en el enterramiento es el conocido como gammexane (producido en esa época por ICI Duperial) y otras sustancias químicas fabricadas por empresas miembros de la Cámara de la Industria Química, Greenpeace había venido reclamando a la industria química en su conjunto la remoción de los residuos allí enterrados y la realización de una completa remediación del lugar. Estación Argentina se encuentra en el sudeste de la provincia de Santiago del Estero, a 250 km de la capital provincial.
“Gracias a la denuncia de la organización Tierralerta en 1994 y el persistente reclamo de Greenpeace y otras organizaciones sociales, la industria química ha tomado cartas en el asunto para solucionar la contaminación de la localidad santiagueña de Estación Argentina, afectada desde 1990 por un basurero tóxico dispuesto en forma ilegal”, dijo Verónica Odriozola, coordinadora de la campaña contra las sustancias tóxicas de Greenpeace.
La remoción de estos residuos fue acordada a través de un convenio entre la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación y la Cámara de la Industria Química y Petroquímica, firmado el año pasado.
Luego de cargarse el miércoles en la noche, los residuos serán transportados desde el puerto de Buenos Aires hacia Alemania.
Esta operación no demandó dinero del Estado Nacional ni del Provincial, excepto en el control de las operaciones de remoción de los residuos y seguimiento del caso. “Con este acuerdo se sienta un importante precedente en el cual el colectivo de industrias químicas toma cartas en la resolución de un problema causado por la disposición final de productos fabricados por empresas químicas en el pasado”, señaló la dirigente ambientalista.
Es por ello que hoy Greenpeace celebra que a pesar de que las múltiples promesas de los gobiernos sobre la remoción de esta bomba de tiempo ambiental y sanitaria no se concretaron, la sociedad civil no bajó los brazos y continuó exigiendo que se tomaran medidas. En respuesta a esos reclamos, la Cámara de la Industria Química y Petroquímica y el gobierno nacional acordaron el año pasado el modo en que ese colectivo industrial gestionaría las operaciones de remoción y limpieza del sitio contaminado.
Greenpeace espera que éste sea el punto de partida de una nueva actitud de la Cámara de industrias químicas en relación con los productos tóxicos que produjeron en el pasado y que hoy están afectando el ambiente y la salud en distintos lugares del planeta.
“Más allá de quiénes hayan sido responsables física o intelectualmente por el enterramiento, la industria química en su conjunto debe tomar la responsabilidad de aportar la solución necesaria para evitar que las sustancias que ella fabricó sigan afectando el ambiente y la salud; y esta actitud debería ser a partir de ahora la regla, y no la excepción”, agregó. “Además, exigimos al gobierno la ratificación del Convenio de Estocolmo, a través del cual, el país deberá identificar y eliminar otros basureros tóxicos como el de Santiago del Estero ”.
Ya en 1999, Greenpeace había reclamado a la Cámara de la Industria Química y Petroquímica que más allá de la causa penal que se estaba llevando contra la empresa inglesa ICI (ex Duperial) por la posible responsabilidad en el enterramiento de los residuos en el Juzgado Federal de Santiago del Estero, y que ya lleva 9 años, era imprescindible que fuera ese colectivo empresario el que debía aportar las soluciones económicas y físicas para evitar el daño que se estaba produciendo en aquella aislada localidad santiagueña.
A pesar de la buena noticia, Greenpece entiende que lo ideal hubiera sido que este basurero no hubiera existido. “Es importante tener en cuenta que la solución real para estos problemas es la eliminación de la fabricación de las sustancias tóxicas y persistentes como las que se encontraban en este basurero. La tecnología que se empleará para destruirlas y el transporte de ellas a través del planeta para ser destruidas no es aceptable como una solución de largo plazo”, concluyó Odriozola.
TRECE AÑOS CON RESIDUOS QUIMICOS
Durante más de trece años, unos doscientos vecinos de Estación Argentina (una pequeña localidad del sudeste de Santiago del Estero) convivieron con el depósito ilegal de residuos de tóxicos más grande que se haya detectado en el país.
La contaminación generada por este enterramiento, que contiene una carga de 30 toneladas de compuestos orgánicos persistentes, amenazó la salud de la población de esta lejana localidad santiagueña y ha sido el más claro reflejo de la irresponsabilidad de la industria química que, hasta hace pocos meses, no se hacía cargo de los peligrosos tóxicos que había producido y el daño derivado de ellos.
Dado que el compuesto predominante en el enterramiento es el conocido como gammexane (producido en esa época por ICI Duperial) y otras sustancias químicas fabricadas por empresas miembros de la Cámara de la Industria Química, Greenpeace había venido reclamando a la industria química en su conjunto la remoción de los residuos allí enterrados y la realización de una completa remediación del lugar. Estación Argentina se encuentra en el sudeste de la provincia de Santiago del Estero, a 250 km de la capital provincial.
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