Los pequeños ingresos de la enorme masa de pobres e indigentes que habitan La Pampa se sustenta en el asistencialismo y en el trabajo informal. Así lo indicó el Instituto para el Desarrollo Social Argentino. En el estudio llevado a cabo por el Idesa, en distintos puntos del país, se hizo hincapié en una pregunta muy simple: ¿de qué viven los pobres? En La Pampa no es difícil dilucidarlo teniendo en cuenta que los pobres e indigentes son casi el 30 por ciento de la población (100.000 personas). Entre ellos, 12.000 tienen planes de empleo (de 150 a 300 pesos mensuales), 20.000 reciben asistencia alimentaria diaria (con un costo promedio de 50 pesos por persona al mes), hay más de 80.000 beneficiarios de pensiones asistenciales (entre 100 y 900 pesos) y casi el 60 por ciento de los indigentes que realizan changas o trabajos eventuales se les paga en negro (promedio 350 pesos). Con estos datos, está todo dicho. En La Pampa parece haber pobreza y clientelismo político para rato. La respuesta a aquella pregunta del Idesa sobre cómo viven los pobres es contundente en la Provincia: casi el 70 por ciento de los ingresos de la clase pobre proviene del asistencialismo gubernamental en sus tres estamentos: nacional, provincial y municipal. Sus vías de acción son los subsidios a personas físicas y jurídicas, los planes de empleo, las pensiones políticas, las bolsas de comida y los comedores, entre otros. Un panorama bastante patético que en nada ayuda al mejoramiento educacional y productivo de las próximas generaciones de día a día se incorporan a un mercado laboral cada vez más menguado.
Aunque los datos son de una provincia brindan una buena proporción de lo que ocurre en todo el país.
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